2.3.12

En la isla U'tkláah hay un pueblo cuyo mandato principal es "No debo fallar". Creen que el ser humano es una herramienta creada por un dios perfecto, por lo tanto deben mantener el nivel de perfección que su creador pretende.
Todo debe ser realizado en el primer intento. Creen que la maldición del error es pregnante y eterna, por eso, en el caso de fallar, eliminan cualquier objeto relacionado con el error, quemándolos o enterrándolos en la salina, que es la tierra de los errores, donde nada crece, devolviendo a dios su fallida creación.
Las lanzas que no aciertan, la fruta que cae al suelo, las hachas que erran, la madera que se desarma al construir una choza, la yesca que no enciende a la primera vez, las piedras que no suenan al chocar, todas estas cosas son enterradas o quemadas de inmediato, antes que la peste del fallo contagie al usuario.
Las personas también deben atenerse a ese nivel. Sus intentos no deben fallar, sino convertirse en acciones con el resultado pretendido. La cacería, la pesca, la construcción, los rituales religiosos, todos deben realizarse con total perfección. De fallar, la persona debe suicidarse por el bien del resto del pueblo. Los métodos favoritos para hacerlo son la horca (hay una serie de árboles de ramas fuertes creciendo en el borde del acantilado sur que son adecuados para este uso) y la ingesta de hierbas venenosas (que abundan en las islas cercanas). Sin embargo, hay quienes se resisten a este destino impuesto por miedo a la muerte. El pueblo reacciona ante esto con rapidez, capturando al hereje y rompiéndole los brazos y piernas, para evitar su escape. Luego, se lo quema vivo, o en ciertos casos, es llevado al desierto y enterrado con violencia bajo metros de arena.
El mandato de perfección también afecta los rituales de procreación. Si una pareja, a los meses de establecer su vínculo formalmente, no engendran un bebé son asesinados. Esto favoreció la aparición de los "Yhitk jazùl" ("Serpientes de semen", en español), nombre que se le da a los hombres que realizan visitas a una mujer recién casada mientras su marido está fuera. También es el nombre de una serie de criaturas míticas que supuestamente transportaban la semilla del hombre a la mujer en una pareja distanciada.
El embarazo debe desarrollarse sin ningún contratiempo. En el caso de que el bebé nazca antes de tiempo o, habiendo nacido, tiene alguna deformidad o incapacidad notoria, es asesinado al instante. En estos casos se hace una salvedad. No se los entierra ni quema. Los padres fueron los que crearon, de la nada, al error, y el error debe ser devuelto a sus creadores. Ellos deben devorar los restos de sus hijos fallidos, para poder enmendar el error concibiendo uno nuevo y perfecto, como ellos.